lunes, 30 de abril de 2012

Los Jardines De Mi Alma


-- ¿Cómo puedes asegurar que me amas? Solo tienes 16 años, y dices que harías todas esas cosas por mí…
-- ¿cosas como dar mi vida, detener mis planes y no destruir al mundo?
-- No te entiendo, eres extraña…
-- No, lo que pasa es que tú no comprendes algo… Veras, el amor es como un jardín…
-- ¿Un jardín?
-- Si, un gran y vasto jardín, todo el mundo tiene uno… El corazón… La tierra del corazón es donde florece el jardín, las flores, las plantas, las frutas, el árbol…
-- ¿Y yo hice florecer tu jardín?
-- No, no tu… Veras, muchos dicen que el amor es como una semilla, que hay que cuidarla, regarla, darle cariño, tiempo y todas esas boberías…
-- Sabía que me saldrías con esta mariconada.
-- Cállate. Solo escucha, no me interrumpas a menos que sea importante, pero yo no lo creo así… A veces amamos a una persona, estamos consientes de que tal vez sentimos algo por una persona, tal vez realmente queremos que esa persona sea parte del jardín…
-- Continúa…
-- A veces ocurre, que no es como lo planeamos, amamos a la persona que merece ser amada, que te ama igual… En el amor, es difícil distinguir cuando es verdadero… Pero cuando lo es… Florece sin necesidad de esfuerzo alguno, pronto toda aquella extensión de tierra fértil se convierte en un jardín impresionante, flores, plantas, arboles y frutas colorean el jardín de diversas formas…
-- ¿Y cómo lo distingues? ¿Por qué creerías que yo hago florecer tu jardín?
-- Creí haber dicho que tú no haces florecer mi jardín…
-- ah, es cierto… Pero ¿Cómo lo distingues? ¿Cómo te das cuenta que una persona hará florecer tu jardín?
-- No te das cuenta hasta que de pronto, es el paisaje más bello que puedas ver… Que jamás veras…
-- No lo comprendo.
-- Ese jardín que esa persona hizo florecer, no necesita cuidados, ni esfuerzo ni tiempo… Puede bastar un día, dos, tres, una semana, un mes y cinco días, o cuatro años y medio…
-- Creo que ya se quien hizo florecer tu jardín…
-- Calla, y escucha. Lo que haya sucedido en ese momento, las sensaciones, los recuerdos, las memorias de tu amor de antaño, todo eso perdurará para siempre… Así el jardín se haya secado, así solo quede un desierto en el interior de tu alma…
-- Me confundes…
-- Es normal, apenas voy a la mitad… Cuando tu jardín florece al punto máximo, hasta llegar al estado máximo de felicidad, cuando todo es verde, cuando todo tiene color y forma, brilla por sí mismo cuando la luz del sol le acaricia… Es entonces cuando te das cuenta que esa persona es la indicada, y también cuando lamentablemente te das cuenta que aunque se aleje de ti, su esencia, su ser, sus gestos, su alma… Lo que sea, algo… Siempre estará contigo, impidiéndote continuar, rehacer tu vida, impidiendo al suelo ser tan fértil como lo fue una vez…
--Eso es triste… ¿Eso quiere decir que realmente no me amas tanto como lo has dicho?
-- Espera, aquí viene la mejor parte… Una vez que esa persona que compenetro tanto en tu ser… Se aleje, lo pierdas… Desde el momento en que vez sus ojos y te das cuenta que es la última vez…  Sabrás que nada será nunca igual… Cada persona que conozcas, que intente ocupar su lugar, cada persona que te haga sentir las mismas sensaciones, siempre será imposible no pensar en el, en esa persona que hizo florecer tu jardín… Sera imposible olvidarle, porque de alguna forma… Aun vivirá en ti… Aunque ya no sea material, aunque no esté contigo, aunque él o ella este en otro lugar… con otra persona… Siempre estará contigo… dentro de ti, recordándote que el amor realmente existió alguna vez dentro de ti, que realmente el mundo tiene una razón para ser salvado.
-- ¿Por eso no destruirías al mundo, porque no quieres destruirle a él?
-- No lo destruiría, porque sería destruirte a ti… No lo haría, porque, aunque haya perdido a la única persona que alguna vez me hizo sentir en el éxtasis… Escucha, mi jardín, fue alguna vez el más majestuoso de todos los jardines… Pleno, y lleno de vida… Ahora solo queda un desierto, esta marchito, solo quedan rezagos de lo que alguna vez pudo ser…
--¿y...?
-- Pero, aun hay esperanza… En alguna parte de mi jardín quedo, una planta, un helecho, una semilla a medio crecer… Una planta al borde de morir… Enferma, descuidada, a punto de marchitar…
--¿Cómo?
-- En mi jardín puede aun florecer grande y fuerte, aunque sea solo un poco, un pedazo de tierra que aun no está erosionado con la soledad y la agonía de haberle perdido antes… Ahí, es donde tú sembraste raíces… Donde tú, la ilusión de amarte, crece, débil y enferma… Pero crece…
-- Pero tú habías dicho que el jardín solo crecía una vez…
-- Así es, nunca jamás volverá a ser el mismo que fue alguna vez… Jamás. Ni aunque la misma persona regrese y le haga florecer… Es algo que solo quedara en mi… Pero, puedo equivocarme… Puede ser que aquella vez no haya sido la máxima… Puede ser que de todas aquellas plantas, lo que quede, la experiencia… Sirva de abono para que mi planta enferma y débil crezca más allá de lo que alguna vez creció el anterior…
-- Estas diciendo, ¿qué crees que yo soy la persona a la que realmente amarías?
-- Estoy diciendo, que no sería capaz de destruirte, no sería capaz de alejarte de mí… No sería capaz de vivir sabiendo que te perdí… Porque, tal vez… Tú seas mi última oportunidad… De amar.
-- Me has erizado la piel…
-- Me has hecho darme cuenta de algo...
-- ¿De qué?
-- De que realmente, esa planta, y esa ilusión… Pueden ser más fuertes de lo que realmente creía.
-- ¿Me amas?
-- Es algo, que jamás podre contestar…
-- ¿Por qué?
-- Por que jamás sabré si tu jardín está floreciendo o no…
-- Tal vez, esta mas verde de lo que crees…

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