Alli la veia todos los dias, En el mismo parque, a la misma hora, siempre de la misma manera, vivamos al tope nuestro amor, un amor... Lamentablemente prohibido. Decidido asi por el destino. Ella llego a mi vida ya muy tarde, en circusntancias no muy convenientes.
Aun recordaba ese dia, en el que ella entro en mi vida, la boda de mi hermano, una chica misteriosa de la cual se habia enamorado cuando viajaba por el sur del pais, una chica, tan hermosa, tan deslumbrante, tan perfecta, esas eran las palabras que mi hermno utilizaba siempre, para describirla, al fin llego la boda, y recuerdo haber entrado en la amplia sala de estar de el hotel donde se llevaba a cabo la ceremonia.
La vista al entrar era de una hermosa vista al mar, con blancos manteles, y rosas rojas, que decoraban estupendamente el arco de bodas, rodeado de mesas llenas de uvas, y frutas delisiosas, toda la boda, todo el escenario era maravillosamente hermoso, colorido, alegre y romantico, sin duda, para cualquier mujer seria la boda perfecta.
Tome asiento, en la mesa mas cercana a el arco, queria comprobar todas las maravillas que mi hermano siempre decia de su joven novia, hasta donde yo me la imaginaba, no la veia como la gran cosa, pero aun faltaba conocerle. Al fin, en punto de las 5 de la tarde, comenzo la ceremonia, mi hermano se encontraba parado frente al arco, nervioso, y tiritante, esperando a que su novia cruzase para llegar a donde el la esperaba. Luego de unos momentos, la puerta se entreabrio, dejando salir a la Novia, que deslumbraba belleza pura, dejaba detras de si, una pequeña estela de petalos que un niño iria lanzando al aire, alegremente, la novia sonreia cuando pasaba frente a nosotros, la verdad, mi hermano se habia quedado corto para describirla, su belleza era incomparable, sus sonrisa causo algo, en mi... Algo que no podria explicar jamas.
Recuerdo que la ceremonia, yo solo la veia a ella, sus gestos, sus hermosas manos, el anillo en sus dedos, cuando hablo y dio el si quiero... Mi vida se vino abajo. Sali apresuradamente, mis parientes me preguntaron el motivo de mi repentina desesperacion, pero no podria contestarles, solo avise que me sentia indispuesto para continuar en la fiesta.
Me marche a mi casa, abatido por todo lo que paso, ¿Por que era ella alguien tan importante si apenas la conocia? Preguntas que rondaban mi mente, que no tenian respuesta logica, solo me atormentaban.
Durante los siguientes dias me quede en casa, enfermo, deprimido, sin saber que es lo que pasaba.
La semana despues de que mi hermano se caso, me llamo, un poco preocupado, por mi reciente comportamiento, no pudiendo conterstarle con total honestidad, por que ni yo mismo lo sabia, me invito a comer para pasar un buen momento, para que me recuperara de mi enfermedad.
Un poco dudoso de aceptar, accedi a a ir, imagine que mi reaccion habria sido por algo que me estresaba del trabajo, o algo que me habria hecho daño, o al fin y al cabo, solo un simple resfrio.
Llegue, un poco nervioso, no queira volver a sufrir la misma reaccion que en la boda, luego de tocar el timbre, abrio la joven novia, quien un poco apenada me dijo:
- Lo lamento, Jonh no podra comer con nosotros, tuvo que ir a trabajar hoy.
- No hay problema, estamos acostumbrados a las cancelaciones de Jonh, y su adiccion al trabajo. Volvere otro dia. - Conclui.
- No, no... Me ha pedido que este contigo en la tarde, por que le preocupas, soy psicologa, y pues, queira que te ayudara.
- Oh... - Exclame en silencio. Al fin me hizo pasar, la casa decorada en un ambiente mucho muy moderno y de ofinistan sillones de piel, y television de pantalla plana, daban un ambiente muy serio, luego me sente en la mesa de vidrio, decorada tan friamente con solo un pequeño florero negro.
La comida era delisiosa, mi compañera presumio ser la cocinera, y con la variedad de alagos que le dije, terminamos por platicar de cosas un poco mas intimas.
Me conto que conocio a mi hermano, en un viaje de negocios, que el la invito a salir numerosas veces, pero ella se negaba por que no estaba lista para una relacion, pero el siguio insistiendo, y al fin logro una cita, donde consiguio enamorarla, luego de algunos meses, logro pedirle matrimonio lo cual la emocionaba bastante, ella acepto, luego de algunos meses de planeacion, la boda se llevo a cabo, y le emocionaba empezar su vida con mi hermano. Pero le decepciono darse cuenta que se habia casado con un adicto al trabajo, que no le daba mucha importancia a lo familiar y marital.
-... Solo ha pasado una semana, y pues... estoy comenzando a decepcionarme, llega todos los dias tarde, y me pone como excusa, que el dia de la boda gasto mucho trabajo, y en el viaje tardo mas de lo esperado por mi... - Comenzo a llorar lentamente - me culpa de muchas cosas... y apenas tenemos una semana de casados.
No sabia que hacer, suponia ayudarme a mi, y ella termino quebrandose, la abraze en un impulso de ternura y apoyo, entonces ella un poco confundida, solto a llorar mas fuerte. Una sensacion desconocida recorrio mi cuerpo. despues de terminar de conversar, me di cuenta de lo inevitable...
Me habia enamorado de la esposa de mi hermano.
Todo siguio como aquel dia, ella me llamaba para desahogarse, y poco a poco tomamos mas confianza, yo jamas le negue mi tiempo, ni tampoco mis abrazos de apoyo incondicional.
Un dia, llegue a su casa, como de costumbre me llamo en la mañana, diciendo que habia pasado lo mismo, y acudi sin peder tiempo, solo para pasar tiempo con ella.
Cuando entre, ella estaba acostada en el sillon con los ojos hinchados, me acerque lentamente, sin intenciones de nada carnal, solo para mostrarle mi apoyo, pero cuando estuve a punto de abrazarla, se volteo a hacia mi, y me beso, juro que por mi mente cruzo lo prohibido de esta accion, pero era algo que deseaba en mi interior.
Luego se desprendio de mi, y entre sollozos me dijo.
- Lo lamento, es mi culpa, no ... puedo ocultarlo mas... TE AMO...- Llorando desesperada, estaba en el sillon. Y le sorprendio cuando le conteste. - Yo te amo desde el primer momento en el que te vi.
Desde entonces, todos los dias, en el mismo parque, a la misma hora, en la misma banca, y de la misma manera, a escondidas, nos vemos en el parque, y nos dejamos llevar por el amor. Pero aun asi, la culpa nos invade, todas las noches, ambos nos mandamos el mismo mensaje...
"Hay que deternernos". Pero en cada mañana en ambos moviles hay otro que dice. "Te espero".